- Nombre: Bosque Modelo Manejo Forestal Biosfera Maya
- Ubicación: Reserva Biosfera Maya, Departamento de Petén, Guatemala
- Superficie: 2 160 204 ha
- Habitantes: 15 000
- Año de afiliación a la RIBM: 2022
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La iniciativa del Bosque Modelo Manejo Forestal Biosfera Maya nace de la necesidad de escalar un proceso exitoso de forestería comunitaria de más de 25 años, liderado por la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP). No se trata de crear un nuevo Bosque Modelo sino de reconocer y fortalecer el exitoso modelo existente implementado por ACOFOP, mismo que ha sido reconocido y galardonado a nivel nacional e internacional.
Se reconoce el aporte de varias organizaciones que han contribuido al éxito de este proceso entre las que destacan el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) quien es el organismo gubernamental responsable del proceso concesionario en la Reserva Biósfera Maya (RBM), el apoyo de la cooperación internacional como es el caso de la Agencia de Desarrollo de los Estados Unidos de Norteamérica (USAID, la Unión Europea (UE) y otros donantes, organizaciones no gubernamentales como Wildlife Conservation Society (WCS), Rainforest Alliance (RA), el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), la Fundación Naturaleza para la Vida (NPV), Centro Maya, PROPETÉN entre otros. No obstante, el legítimo gestor del proceso, que no ha caído en vaivenes políticos y que se ha mantenido firme durante el último cuarto de siglo y ha tomado la iniciativa de solicitar la adhesión del Modelo de Forestería Comunitaria como Bosque Modelo, es la Asociación de Comunidades Forestales del Petén (ACOFOP).
El Modelo Forestal Comunitario de Petén es reconocido internacionalmente por promover la conservación del bosque, la biodiversidad, la protección del patrimonio cultural, a su vez que fortalece el desarrollo socioeconómico local.
Este modelo de gestión permite conservar y obtener diversos productos derivados que se comercializan a nivel nacional e internacional. Entre estos productos destacan: a) madera certificada y b) subproductos de valor agregado no maderables como la palma de xate, pimienta, semilla de ramón y productos derivados de la apicultura, c) adicionalmente, aprovechando la belleza y riqueza cultural que tiene la Reserva de la Biósfera Maya, también se ofrecen servicios de turismo comunitario y d) servicios ecosistémicos. Todas las actividades económicas realizadas cumplen con los parámetros estipulados en la certificación FSC.
Los ingresos percibidos de las actividades productivas son reinvertidos en infraestructura, salud, educación y labores de monitoreo y control, que garantizan la protección de los bosques, la biodiversidad y el patrimonio arqueológico y cultural de la Reserva de la Biosfera Maya. Uno de nuestros logros más importantes es la reducción de las tasas de incendios forestales y deforestación. En nuestro radio de acción la tasa de incendios ronda el 0% y la deforestación es menor al 1%. Otro logro relevante es la significativa contribución a la mitigación del Cambio Climático.
Es opinión de los gestores de la propuesta que adherir el modelo de forestería comunitaria a la Red Latinoamericana de Bosques Modelo es uno proceso de ganar-ganar. Por un lado, esta acción permitirá compartir la experiencia adquirida, además de aprender de la gestión en la gobernanza de los recursos naturales y por otro lado la RLABM se verá fortalecida por tener entre sus miembros a uno de los procesos más reconocidos a nivel global, tal como muestra el siguiente cuadro.
Los estudios realizados por diversos científicos en la RBM la sitúan como uno de los más importantes reservorios de diversidad biológica en Guatemala (MacVean 1995, Schulze y Whitacre 1999, Schlesinger 2001, Szejner 2005, Véliz 2008, Reyes et al. 2009, Véliz et al. 2010). Se estima que pueden existir hasta 2,800 especies de plantas vasculares. Ese valor representa el 34% del total de especies que existen en Guatemala (Véliz 2008).
Dentro de esta riqueza vegetal resaltan especies maderables de alto valor comercial tales como caoba (Swietenia macrophylla), cedro (Cedrela odorata), santa maría (Calophyllum brasiliense), pucté (Bucida buceras), danto (Vatairea lundellii), malerio (Aspidosperma stegomeris), manchiche (Lonchocarpus castilloi) y ronrón (Astronium graveolens), así como especies no maderables como la pimienta gorda (Pimenta dioica). Asimismo, la RBM posee especies vegetales fundamentales como alimento para la gran diversidad de fauna que habita en la misma. Dentro de estas especies tenemos el jocote jobo (Spondias mombin), escobo (Cryosophila stauracantha), chacaj (Bursera simaruba), copal (Protium copal), cedrillo (Guarea glabra), ramón (Brosimum alicastrum), tzol (Blomia prisca), canisté (Pouteria campechiana), chicozapote (Manilkara zapota), yaxnic (Vitex gaumeri), guaya (Talisia olivaeformis), coloc (T. floresii) y cedrillo hoja ancha (Trichilia montana). Estas especies son de alta importancia ecológica dentro de la RBM (Flores 2012, García et al. 2013).
En cuanto a fauna los números también resaltan el valor de la RBM por su riqueza biológica pues se han reportado siete especies de escorpiones, cinco especies de tarántulas, 40 especies de escarabajos coprófagos, 112 especies de hormigas y 535 especies de mariposas (Méndez et al. 1998, Barrios 1999, Ixcot et al. 2005). Esta riqueza también se encuentra presente en lo que a vertebrados se refiere, pues al menos 41 especies de peces (Ríos 1996, Baldizón 2004, Ixcot et al. 2005, Ferraris 2007, López-Selva et al. 2008), 33 especies de anfibios – 20% del total nacional- (Lee 1998, Campbell 1998, Köhler 2011, Ariano 2013), 106 especies de reptiles -41% del total nacional- (Köhler 2008, Ariano 2013b), 513 especies de aves – 71% del total nacional- (Eisermann y Avendaño 2006, WCS 2013) y 122 especies de mamíferos -64% del total nacional- (Grajeda 2000, Estrada 2006, McCarthy y Pérez 2006, Méndez 2008, WCS 2013). En el caso de los mamíferos es importante resaltar que al menos 60 especies corresponden a murciélagos, representando un 55% del total de especies de quirópteros reportados para el país (Grajeda 2000, Ixcot et al. 2005, McCarthy y Pérez 2006, Méndez 2008).
Las áreas protegidas, en especial las de gran tamaño como la RBM, generan una gama de beneficios para la sociedad guatemalteca, constituyéndose por ello como una de sus bases fundamentales. Algunos beneficios son provistos en forma de bienes consumibles como: madera, leña, frutas, fibras, plantas medicinales u ornamentales. Otros son en forma de servicios ambientales, culturales y espirituales como: la recreación, la protección del suelo, la regulación de los flujos de agua, la mitigación de inundaciones y deslaves, la mitigación de los impactos del cambio climático y el albergue de áreas o estructuras de alto significado cultural o consideradas sagradas por diversos sectores (CONAP-Zootropic 2011).
En el caso de servicios de abastecimiento tales como productos maderables y no maderables, el ejemplo más representativo lo constituyen las concesiones forestales en las áreas protegidas del norte de Petén. En ellas se realizan aprovechamientos forestales en tasas sostenibles de especies maderables como caoba (Swietenia macrophylla), cedro (Cedrela odorata), santa maría (Calophyllum brasiliense), pucté (Bucida buceras), danto (Vatairea lundellii), malerio (Aspidosperma stegomeris), manchiche (Lonchocarpus castilloi) y ronrón (Astronium graveolens), a modo que el bosque pueda regenerarse; asimismo se extraen bienes no maderables como la pimienta gorda (Pimenta dioica), el xate (Chamaedorea spp.), y el chicle (Manilkara zapota zapota) los cuales son bienes de exportación altamente cotizados. Para muchas comunidades la exportación de estos productos representa la principal fuente de ingresos económicos.
El estudio sobre el desempeño socioeconómico de las empresas comunitarias en la RBM, elaborado por Stoian y colaboradores (Stoian et al 2018), arrojó resultados interesantes a nivel de las 9 empresas forestales comunitarias (EFC) y a nivel de familias utilizando como marco los capitales de la comunidad, los cuales se resumen a continuación. En las nueve concesiones activas, las EFC han mostrado un proceso de crecimiento, profesionalización y consolidación, reflejado en un aumento de la membresía; gerentes con mayores capacidades para la gestión empresarial; arreglos institucionales adecuados dentro y alrededor de las EFC, incluyendo sistemas de administración propios; crecimiento de la cantidad y los valores de sus activos, y de los volúmenes y valores de las ventas de productos forestales maderables y no maderables; así como los beneficios percibidos por los asociados y las comunidades locales.
Capital Natural. El capital natural de las nueve EFC activas es significativo gracias a la extensión de sus concesiones (352,089 ha en su totalidad, equivalente al 44% del área de la ZUM), con un área de bosque productivo de 193,017 ha (55% del área concesionada). Existe una importante variación en torno a la extensión de las concesiones activas (variando desde 19,390 a 83,558 ha) y de sus áreas de bosque productivo (de 8,823 a 44,833 ha, equivalente al 19-86% del área concesionada), lo que afecta la disponibilidad de productos forestales con valor comercial. En el período 1994–2017, las nueve EFC activas extrajeron entre 16,044 y 31,737 m3 de madera, con una tasa de extracción variando entre 1.1 y 3.4 m3 por ha de área intervenida. A pesar de la riqueza de especies, se mantiene una alta dependencia de la caoba (Swietenia macrophylla) que en el mismo período aportó entre el 34 y el 69% del volumen total extraído (variando entre 7,607 y 15,632 m3).
Capital Humano. El capital humano para la gestión empresarial muestra una clara tendencia hacia la profesionalización por incorporación de gerentes con formación gerencial o por procesos de formación de capacidades. Todas las EFC de las concesiones activas disponen ahora de un gerente con estas características y tienen arreglos que respaldan los procesos gerenciales. El capital humano para la extracción de la madera refleja también un fuerte incremento, al igual que el capital humano para la transformación primaria de la madera. Asimismo, se he formado capital humano para la transformación secundaria en FORESCOM S.A. como EFC de segundo nivel.
Capital Físico. El capital físico de las nueve EFC activas refleja importantes inversiones en maquinaria, equipos y herramientas para la extracción y transformación de la madera (ocho de las EFC activas tienen un aserradero propio); infraestructura (edificios, galpones) y vehículos (camiones, skidder, camionetas). Agregando el valor de terrenos/fincas que algunas han adquirido fuera de la ZUM, las nueve EFC suman un valor de activos de Q 42,9 millones, dentro de un rango que varía entre Q 0,8 millones a Q 11.9 millones por empresa.
Capital Social. La formación de capital social en Petén para la acción colectiva es reflejada en el incremento de la membresía de las EFC activas por un 26% (de 932 en 2000 a 1,175 en 2017), desarrollo de organizaciones sombrilla para el cabildeo político y la defensa de los derechos de las comunidades forestales en momentos críticos (ACOFOP), así como para la transformación secundaria de la madera y la identificación de mercados para especies menos conocidas (FORESCOM S.A.). Asimismo, se ha construido capital social en forma de relaciones comerciales duraderas con compradores de madera certificada y PFNM certificados. En términos de género, el 68% de la membresía son hombres y el 32% mujeres.
Capital Financiero. En cuanto al capital financiero, las nueve EFC activas reportan ingresos brutos de madera de Q 187.3 millones para el período 2012–2016, con aportaciones de cada una variando entre Q 8.2 millones y Q 33.7 millones. Las ganancias resultando de las ventas han permitido un proceso de capitalización de las EFC activas, lo que también ha sido facilitado por una mejor articulación con formas diferentes de crédito y financiamiento acorde a la naturaleza de las empresas comunitarias. La mayoría de las EFC ha mejorado su capacidad de movilizar capital de trabajo para sus operaciones y el financiamiento externo permite su consolidación en el mediano plazo. Además, a nivel interno algunas EFC han generado mecanismos para proporcionar financiamiento a pequeños emprendimientos a nivel de los asociados y de las mismas empresas, como por ejemplo: carpintería, artesanías, microcréditos.
Dado que no se trata de crear estructuras nuevas, sino la de fortalecer las estructuras existentes, el Bosque Modelo adoptará la estructura de ACOFOP y adicionará un nuevo elemento que permita reunir a los diferentes grupos de interés relacionados con el manejo forestal sostenible en la RBM.
OE1: Lograr la prórroga de los contratos en una sola negociación como Modelo Forestal Comunitario en el año 2021.
OE2: Fortalecer la gobernanza territorial en Peten desde el Manejo Forestal Comunitario Integral a fin de lograr preservar las funciones ecológicas y servicios ambientales de la RBM a largo plazo y la preservación del patrimonio Cultural Maya.
Proyectos de desarrollo sostenible
Restauración. La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Guatemala con apoyo financiero de la Agencia Coreana de Cooperación Internacional (KOICA) y el acompañamiento técnico de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP) han desarrollado durante 2020 un programa para el fortalecimiento de productores y productoras de concesiones forestales comunitarias y de reforestadores del municipio de San Francisco, Petén, que tiene como uno de sus componentes principales la restauración de paisajes forestales.
Proyectos REDD+. Liderados por las comunidades en Guatemala, los proyectos REDD+ son derivados de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, con el objetivo de detener la destrucción de los bosques. REDD significa «Reducción de Emisiones derivadas de la Deforestación y la Degradación de los bosques» y el símbolo + implica que en su implementación existen componentes de conservación, gestión sostenible y participación de las poblaciones locales. La enorme Reserva de la Biosfera Maya cuenta con 2.1 millones de hectáreas y es el área protegida más grande de Guatemala y la mayor Reserva de Centroamérica. El 70% de sus bosques son protegidos por comunidades organizadas, reunidas en la Asociación de Comunidades Forestales de Peten (ACOFOP).
Proyecto “Manejo Forestal para mejorar las condiciones de vida y sostener las selvas en Mesoamérica”. Ejecutado por Bioversity International, junto con socios internacionales (CATIE, Universidad de Viena) y nacionales en Guatemala (ACOFOP) y Nicaragua (MASANGNI), financiado por la Cooperación Austriaca.